Quaderns 2011 – 2016

D'arquitectura i urbanisme

Publicació del Col·legi d'arquitectes de Catalunya

Aránzazu Melón: Un saprófita para Robin Hood Gardens y otros fenómenos

Vista de Robin Hood Gardens, fachada a Cotton Street del bloque oeste

Quaderns #263
código: 26323

“A primera vista, el demoledor de edificios es como el saprófita del sistema natural, que reduce los organismos muertos a sus elementos más simples para acelerar el reciclaje de la materia. El parecido es solo superficial. Los saprófitas reducen una organización a sus componentes más simples, con el fin de utilizar el material y la energía liberados. Los demoledores destruyen también viejos modelos pero hacen poco uso de la energía liberada.”                                                                                                                                                                   

Kevin Lynch, urbanista norteamericano, 1990. (1)

Los espectadores del canal británico, Thames Television, votaron en 1985, que los problemáticos conjuntos de vivienda social, Robin Hood Gardens y Trellick Tower, eran los peores edificios modernos de Londres. Esta votación es solo una de las veces en las que se ha manifestado un rechazo popular hacia Robin Hood Gardens, que hoy se encuentra en espera para ser demolido. La imagen del deterioro de su estructura de hormigón, que nunca ha sido mantenida pero todavía es válida, va unida a un cierto prejuicio de la sociedad británica hacia el uso masivo del hormigón en bloques de viviendas, y que parece recordarles un pasado reciente más industrial. Por otra parte, Trellick Tower se ha revalorizado en los últimos años dentro del mercado de la vivienda londinense de alto standing.

“Es interesante la idea de imagen, ya que de ella surge la idea de derribar. Es a la gente que no vive ahí y a los alcaldes de los municipios a quienes les cuesta aceptar su presencia.”              

Druot, Lacaton y Vassal, arquitectos, 2007. (2)

Robin Hood Gardens (1972) son dos bloques de viviendas sociales en régimen de alquiler, y propiedad del gobierno local de Tower Hamlets, al este de Londres.                        Fue construido por los arquitectos británicos Alison y Peter Smithson en un solar que se encuentra ahora muy próximo al centro financiero Canary Wharf y al parque olímpico de Londres 2012. En marzo de 2008, el gobierno local anunció la demolición de las  214 viviendas dúplex que conforman el conjunto como parte de un nuevo planeamiento para la zona. El llamado Blackwall Reach Regeneration Project construirá 3000 viviendas y equipamientos nuevos para la comunidad. Previamente, las autoridades consideraron que Robin Hood Gardens no reunía la suficiente calidad arquitectónica para su conservación, y además estimaron que una inversión de £70.000 para la rehabilitación de cada vivienda sería demasiado cara. En el año 1963,  Robin Hood Gardens ya había sido parte de un planeamiento que implicó la demolición de las insalubres viviendas en hilera existentes en el lugar. Así que, paradójicamente, en el siglo XXI, la lógica urbanística de la demolición/reconstrucción de tejido urbano residencial se repetirá una vez más en este solar.

Los problemas de obsolescencia de Robin Hood Gardens son principalmente tecnológicos. A su falta de adecuado mantenimiento y de eficiencia energética se suma el problema de la masificación, debido a que abundan las agrupaciones familiares muy numerosas. Sin embargo, desde un punto de vista tipológico, las 214 viviendas tipo dúplex del conjunto resultan generosas en dimensiones, están bien distribuidas, iluminadas y ventiladas. ¿Por qué se echa a perder este potencial?

El estudio Plus (2007) de los arquitectos franceses, Druot, Lacaton y Vassal,  demuestra que el presupuesto necesario para la demolición, puede invertirse de una forma mucho más adecuada en la renovación constructiva, tipológica y programática de las viviendas existentes, y que además sea rentable económicamente. Pero el urbanismo europeo todavía sigue la lógica del deshacer/rehacer,  donde no cabe el concepto de Rem Koolhaas, Suspending Judgement, que busca aplazar un juicio a este tipo de arquitecturas, como los residenciales de los años 60 y 70, que a priori parece que carecen de un valor suficiente como para invertir en ellos.

Hay que señalar que una obsolescencia tecnológica implica la modernización de ascensores, aislamiento térmico y aislamiento acústico, mientras que una obsolescencia funcional, implica mejoras en  dimensiones, distribución, orientación, densidades y usos. ¿Qué se conserva y qué se destruye para rehacer? Veamos otros ejemplos:

Balfron Tower (1965), construida por Ernö Goldfinger a pocos metros de Robin Hood Gardens,  alberga 146 viviendas concebidas como vivienda social de propiedad pública y en régimen de alquiler. Aunque también hubo problemas de post-ocupación, el conjunto se catalogó, y luego pasó a ser propiedad privada con un proyecto de rehabilitación que invertirá £137.000 por vivienda, y que consiste principalmente en una mejora de su comportamiento térmico y nuevos ascensores. A pesar de tener unos problemas de obsolescencia tecnológica similares a los de Robin Hood Gardens, su catalogación patrimonial impide su eliminación y la inversión para su rehabilitación implica su reposicionamiento en el mercado inmobiliario como propiedad privada. En Londres, ya han ocurrido otros procesos similares con otros bloques de vivienda social de postguerra como Trellick Tower (1972) y Keeling House (1955), o el gran complejo de Sheffield Park Hill (Sheffield, 1960), recientemente rehabilitado.

A través del caso particular de Londres, podemos ver que dentro de la lógica del planeamiento urbano contemporáneo de las ciudades europeas, el potencial doméstico y urbano de muchas de las viviendas sociales de postguerra, obsoletas tecnológicamente, hace que sea difícil para el propietario gobierno local, invertir en su rehabilitación manteniendo su estatus como vivienda social, lo cual deriva en su eliminación o su reposicionamiento como vivienda de propiedad privada sometida a las leyes del mercado libre actual.

¿Qué cambio socioeconómico tendría que ocurrir para que no se produjera esta inversión conceptual con el actual problema de acceso a la vivienda? Se puede afirmar que la exigencia de la sostenibilidad para el siglo XXI implicará necesariamente una eficiencia ambiental de la edificación existente,  y será una oportunidad para reconvertir el sector de la construcción, desde una actividad económica basada en la producción de nuevas estructuras, hacia una actividad basada en la reutilización y transformación de lo existente, produciendo así habitabilidad de bajo impacto ambiental. Se estima que rehabilitar, en vez de demoler estructuras potencialmente válidas, puede llevar a ahorrar hasta un 60% en recursos energéticos.

“La rehabilitación puede ser una herramienta en la lucha contra el cambio climático, pero implica una adaptación de la economía hacia una  economía descarbonizada”                                                                          

Albert Cuchí, arquitecto, 2010. (3)

 

1_  LYNCH, Kevin, Echar a perder. Un análisis del deterioro, Gustavo Gili, Barcelona 2005. p.92-93

2_  DRUOT, Frédéric, LACATON, Anne, VASSAL, Jean-Philippe, Plus : la vivienda colectiva : territorio de excepción, Gustavo Gili, Barcelona, 2007.

3_ CUCHÍ, Albert, Ponencia  en el “Congreso Internacional sobre rehabilitación y sostenibilidad. El futuro es posible”,  celebrado en Barcelona el 4, 5 y 6 de octubre de 2010.

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